lunes, 29 de octubre de 2007

1ª Corintios 13

Aunque hablara las lenguas de los Ángeles, si no tengo amor

Soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.

Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo amor, nada soy.

Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, nada me aprovecha.

El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe, es decoroso; no busca su interés, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra de la injusticia, se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.

El amor no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesaran las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando venga lo perfecto desaparecerá lo parcial… Ahora subsisten la fe, la esperanza y el amor, estas tres. Pero mayor de todas ellas es el amor.

Corintios 13

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